Como fue mi primer lésbico

Os voy a contar como fue mi primera experiencia con otra chica.

Yo ya había tenido esa fantasía desde hace tiempo, pero con esto del porno y el OnlyFans, comencé a buscar chicas para colaboraciones y sacar material nuevo, pero antes de tener mi primera relación ante una cámara o un teléfono grabando, sacando fotos y tal, lo que cual me resultaba muy frío, quise probar la experiencia tranquilamente, pensando sólo en disfrutar y vivir al máximo ese momento.

Puse un anuncio en una página de contactos y conocía a una chica muy guapa, femenina, cabello liso, largo y negro, delgada, buen pecho… la chica estaba muy bien y a mí me gustaba, así que tras hablar un poco, explicarle que era mi primera vez con otra chica, contarle un poco mi fantasía en que consistía, poner límites y demás, decidimos quedar.

Acordamos que ella vendría a mi casa y cuando se acercó la hora de su llegada yo estaba muy nerviosa. No hacía más que revisar mi whatsapp, mirar que hora era, estarme de aquí para allá…

De pronto sonó el timbre, y yo traté de componerme un poco y fui a abrir la puerta.

Allí estaba Claudia, la cual me resultó más guapa en persona que en las fotos que habíamos intercambiado. Además tenía una voz muy bonita y una mirada tímida a la vez que desvergonzada, ya que desde el rabillo del ojo se podía atisbar un poco de la rebeldía y pasión que me había atraído de ella tras conversar unas cuantas ocasiones.

Cuando entró la invité a sentarse en el sofá y le ofrecí algo de beber. Saqué dos refrescos y hablamos un rato.

Yo estaba muy nerviosa aunque trataba de tranquilizarme y de estar lo más serna posible, pero no paraba de sentir un hormigueo por todo el cuerpo, un calor muy excitante y un poco de miedo al mismo tiempo.

Claudia se iba lanzando e iba elevando el tono de la conversación. Me decía que era muy guapa, me sonreía, iba sacando poco a poco el tema de para que habíamos quedado y su mano de repente se posó en mi muslo.

En ese momento mi corazón comenzó a bombear muy rápido, el calor que sentía se multiplicó y el hormigueo pasó a ser una sensación muy intensa. No pude pararme a pensar mucho en lo que estaba sintiendo porque Claudia comenzó a besarme.

Empezó acercando su rostro al mio y besándome en los labios poco a poco, despacito, con pasión. Yo me lancé y le devolví el beso. Todo pasó muy rápido y sin darme cuenta estábamos Claudia y yo besándonos apasionada e intensamente. Su lengua jugaba con la mía, nuestros labios se fusionaban, sentía el olor de su perfume y sus suaves manos agarrando mi cara con dulzura mientras me besaba…

Tras un rato besándonos, yo ya muy excitada a la vez que nerviosa, Claudia separó su cara de la mía. Me miró y yo suspiré. Ella mostró una leve mueca de sonrisa al darse cuenta de lo nerviosa que estaba yo.

Aun con la sonrisa dibujada en su rostro, me preguntó que si me había gustado y que si quería seguir, a lo que yo le respondía que si, con la voz titubeante y con un tembleque en las piernas y demás extremidades.

Ella comenzó a desvestirse. Se quitó el jersey que llevaba y el sujetador, dejando su pecho completamente al descubierto. Yo no dejaba de mirar su pecho, el cual me parecía bonito al mismo tiempo que me atraía.

Claudia agarró mis manos y las llevo hacia su pecho. Sentía cada uno de sus senos en mis manos, y no era la misma sensación que cuanto le tocas un pecho a un amiga porque ella misma te dice que si se nota el implante o no se nota, esto era diferente.

Comencé a masajear un poco sus pechos de forma sensual, mientras Claudia mi miraba de forma muy seductora. Se notaba que estaba muy excitada y le gustaba la situación.

Me dispuse a quitarme yo la ropa y quedarme como ella, con el pecho al descubierto. Una vez quedamos las dos así, tanto ella como yo tocábamos los pechos de la otra y para hacer la situación aun más excitante de lo que ya era, Claudia retomó el intenso beso, pero esta vez semidesnudas las dos, y tocándonos con lujuria, con pasión…

Tras unos minutos, o quizás un tiempo prolongado, lo cierto es que no sabría decir cuanto estuvimos así dado que en ese momento estaba disfrutando tanto de la situación, tan metida en todas las sensaciones que sentía, los labios de Claudia, su lengua, su olor, sus suaves manos… además de la sensación de estar haciendo algo con lo que había fantaseado mucho tiempo y que por fin, en ese mismo momento, se estaba materializando… Claudia se levantó y comenzó a desnudarse por completo. Se quitó las zapatillas, el pantalón y su ropa interior, un tanga de color rojo que me pareció muy erótico y sensual. Estaba completamente depilada, igual que yo, y eso me gustó.

Ella misma me levantó nada más quitarse el tanga y comenzó a desvestirme a mi. Me bajó el pantalón y el tanga y yo misma me agache para quitarme las zapatillas y terminar de quitarme la ropa.

Cuando me levanté, estando de pie, Claudia agarró mi cara con dulzura, como lo haría una pareja de novios, y siguió besándome, solo que esta vez, sus manos tocaban mi espalda, mi culo, mis hombros… a mi de nuevo comenzó a acelerarse mi corazón, subió nuevamente un hormigueo por todo mi cuerpo, sentía los latidos, las manos de claudia… me lancé e hice lo mismo que ella, comencé a tocarla ahora completamente desnudas las dos.

Mis manos pasaban por sus nalgas, las suyas por las mías, frotaban la espalda de cada una con caricias románticas a la vez que sensuales…

Me sentó en el sofá y me dijo que quería comerme entera mientras abría mis piernas y miraba hacia abajo. Me preguntó si quería y yo le respondía que si.

Cuando su boca tocó mis labios de abajo, sentí el calor de su boca y su aliento, parte de su cabello tocando mis muslos… fue una sensación increíble aún más acrecentada cuando su húmeda lengua tocó mi clitoris.

No se si sería por la experiencia nueva, la sensación de estar haciendo algo «prohibido» con otra chica o si tal como dice, nadie te hará un cunilingus mejor que otra mujer, ya ella también tiene clitoris y sabe como estimularlo mejor que cualquier hombre, pero al poco de tener a Claudia ahí abajo, sentir su lengua, ver su largo pelo negro entre mis piernas y su hermosa cara lamiéndome con pasión, comencé a gemir y a retorcerme estrepitosamente, el hormigueo que sentía con mayor o menor intensidad durante todo el encuentro se multiplicó y se apoderó de mí, el calor que me subía cada dos por tres envolvió todo mi cuerpo desde el clítoris hasta los dedos de mis extremidades y sentí el orgasmo más intenso que había sentido en toda mi vida.

Tras retorcerme, gemir y perder el control de mi cuerpo, poco a poco fui volviendo a donde estaba y Claudia que había visto mi orgasmo y al percibirlo había aumentado la velocidad de su lengua para hacerme disfrutar más, se incorporó, se puso encima de mi, comenzó a besarme y a tocarse frotando su mano con su clítoris.

En poco segundos sus besos se volvieron irregulares, sus ojos se pusieron en blanco y comenzó a gemir. Ahora era ella quien tenía un orgasmo. Yo la agarré, seguí besándola a pesar de que ella no podía debido a los gemido que le salían de forma involuntaria y disfruté de verla así.

Una vez acabamos suspiramos las dos, nos reímos, nos tomamos el refresco que saqué al principio el cual estaba prácticamente sin tocar y conocí a una buena amiga y una buena amantes con la que de vez en cuando lo paso bien.

Por parte de mi marido, cuando le conté que tal me fue y le di detalles de mi encuentro, lo tuve detrás de mí más salido de lo normal durante unas cuantas semanas.