Una vez conocí a un chico muy guapo. Me gustaba bastante y además tenía buen curpo.
Habíamos estado hablando por instagram y whatsapp, teniendo conversaciones muy picantes, intercambiando fotos muy sexys… hasta que un día decidimos quedar en persona y pasarlo bien.
Quedamos en ir a su casa, pero previamente nos reunimos en una cafetería cercana. Cuando llegué allí estaba él. Se llamaba Daniel, era un chico de 37 años, guapo, tatuado, musculado…
Cuando llegué estaba nerviosa, pero me acerqué a la mesa donde estaba ya esperándome, me presenté y me senté con él para tomar algo. Mientras tomábamos un refresco hablamos de las ganas que teníamos de follar.
No tardamos mucho en terminarnos la bebida y nos dispusimos a subir a su casa. Cuando llegué al portal un cosquilleo se apoderaba de todo mi cuerpo. Subimos a su casa y me llevó al salón.
Allí nos sentamos en el sofá y Daniel comenzó a besarme efusivamente. Yo me dejé llevar y estuvimos besándonos apasionadamente. Sentía su lengua revolverse con la mía y sus manos tocando mi cuerpo.
Procedí a quitarme el vestido quedando únicamente en ropa interior. Los ojos de Daniel recorrían todo mi cuerpo y yo sentía un calor inmenso que me subía por todo el cuerpo.
Daniel siguió besándome y tocándome, pero esta vez sus manos tocaban mi piel desnuda. Llevé mi mano hacia su pantalón y pude sentir una enorme erección.
Sin dejar de besarme Daniel sacó su polla del pantalón y me insinuó que bajara para comérmela. Así hice. Me agaché y suavemente, jugando con la lengua, metí su polla en mi boca para poco a poco ir subiendo y bajando.
Daniel entonces comenzó a quitarme el sujetador, me agarró el pelo para apartarlo de mi cara y me miraba mientras metía y sacaba su polla de mi boca presionando con mis labios y mi lengua.
Tras un rato así, yo estaba muy caliente y por suerte Daniel me incorporó y mientras besaba y lamía mis tetas introdujo sus dedos dentro de mi coño. Cuando sentí su cuerpo, sus besos en el cuello, el pecho, una de sus manos rodeándome y la otra metiéndose y mi coño, sentí un calor y una excitación increíble.
Daniel no paraba de besar mi cuerpo, tocarme con pasión… yo en ese momento estaba disfrutando muchísimo.
Entonces Daniel, el cual percibía que también estaba muy excitado, se sentó en el sofá y me hizo subirme frente a él. Suavemente metí su polla dentro de mi coño. Sentí como entraba hasta el final sin ningún tipo de dificultad debido a lo húmeda que estaba. Su polla palpitaba dentro de mí y sentirla tan dura aun me excitaba más.
Comencé a moverme arriba y abajo, cabalgando con pasión, gimiendo de placer… Las manos de Daniel agarraban mis nalgas y sus ojos recorrían todo mi cuerpo.
Tuve un orgasmo en ese momento, cabalgando esa polla tan grande y dura, sintiendo los músculos de Daniel, la olor que envolvía en ambiente… Se estremecía todo mi cuerpo y temblaban mis piernas. Mis gemidos se hacían más intensos e irregulares…
Daniel sintió mi orgasmo y se vino conmigo. Derramó toda su leche en mí y aún sintiendo mi orgasmo, pude notar toda su leche caliente inundándome por dentro.
No terminamos ahí, habíamos quedado para aprovechar la tarde y eso era sólo el principio. Me limpié y nos quedamos un rato en el sofá desnudos, descansando y hablando.
Al poco rato Daniel dijo: Esto era para calentar y quitarse el calentón, ahora verás que polvo pegamos.
Eso me excitó un poco nuevamente y Daniel comenzó a acariciarme y tocarme de nuevo. Poco a poco sus manos se iban acercando a mi pecho, a mi culo… subía de nuevo la temperatura de mi cuerpo y aparecía de nuevo el hormigueo.
Daniel comenzó a besarme otra vez. Su lengua y la mía. Sus manos y mi cuerpo… Volvía a bajar a su polla para comérmela, pero esta vez con menos nervios y una excitación más relajada, me dispuse a disfrutar de la mamada que estaba realizando.
Él se puso un poco más dominante y empujaba mi cabeza para que su polla entrara entera en mi garganta. Admito que eso me excitaba. Me sentía utilizada. Sentía su polla completa hasta que mis dientes llegaban a tocar la piel de su cuerpo. Estuvimos así un rato hasta que Daniel dejó de empujar mi cabeza contra su polla, se levantó y me puso a cuatro patas.
Yo algo nerviosa le dije: -Dame caña, quiero que me folles fuerte.
Daniel azotó mis nalgas, metió su polla en mi coño y comenzó a embestirme con fuerza.
Esta vez no era yo quien se movía y cabalgaba, esta vez era Daniel quien me introducía con fuerza, ganas y pasión toda su polla en mí. Yo estaba muy excitada y sentía como su polla no dejaba de entrar y salir, sentía su cadera golpeando mis nalgas, sus embestidas y gemidos que se mezclaban con los míos…
Estaba muy excitada y disfrutando, y con el fragor del momento le pedía Daniel que me diera «más caña». Él agarró mi pelo y continuó embistiendo con fuerza.
Yo me sentía utilizada, me estaban estirando del pelo y aunque no dolía, sentía la presión. También sentía como Daniel empujaba y como su polla entraba y salía de mi coño una y otra vez, haciendo que mis piernas temblaran y que una sensación increíble abrazara todo mi cuerpo.
Daniel que ya lo sabía porque habíamos chateado bastante de guarradas y de lo que nos gusta a cada uno, comenzó a meter un dedo en mi culo mientras seguía metiendo su enorme polla dentro de mi.
Sentir su dedo girando en mi culo, entrando poco a poco con la humedad de la saliva, mientras él no dejaba tregua y seguía empujando hizo que me excitara mucho más de lo que ya estaba.
Entonces Daniel sacó su polla de mi coño y comenzó a meter suavemente la punta dentro de mi culo. En ese momento bajó la intensidad y comenzó a meterla muy poco a poco y despacio.
Yo sentía algo de dolor al principio, pero también mucha excitación. Me movía yo suavemente con él hasta que poco a poco entró entera. Entonces Daniel comenzó a meterla y sacarla suavemente.
Comencé a disfrutar y el poco dolor que sentía al principio pasó a convertirse en placer. Sentía esta vez la polla de Daniel pero dentro de mi culo, el cual la envolvía y me hacía sentir la presión, su polla dura, palpitante…
Agarré mi vibrador que estaba tirado en el sofá y mientras Daniel seguía bombeadome, azotando de vez en cuando mi culo y suspirando de placer con cada vez que su polla entraba en mi culo, comencé a estimularme el clitoris.
Entre el vibrador y lo excitada que estaba con Daniel a mi espalda y su polla entrando y saliendo de mi culo ya dilatado, tuve mi segundo orgasmo, tan intenso y placentero como el primero. Me temblaron las piernas, no podía controlar mis gemidos y exploté de placer.
Daniel siguió un poco más y como se dio cuenta de que ya me había llegado al dejar el vibrador a un lado y bajar la intensidad de los gemidos, me dijo que si se la comía, que quería correrse mientras le hacía una mamada.
Yo me incorporé sacando su polla de mi culo, me arrodillé y me dispone a comer su polla. Fue muy poco hasta que Daniel comenzó a gemir, poner caras de placer y soltar toda su leche que calló sobre mi cara y mis tetas.
Descansamos un rato, me duché con él y me volví a mi casa.
Cuando llegué le conté a mi marido todo lo que había hecho, lo bien que lo había pasado, alguna foto que me había hecho con Daniel, y estar recordando con tanto detalle lo hecho esa tarde y el morbo de estar compartiendo todo eso con mi marido, volvió a excitarme un poco.
Salió mi vena de Hotwife y le dije a mi marido que quería que me comiera el coño, que haberle contado todo eso me había puesto cachonda, y sabía que a él también.
Me subí el vestido, quité mi tanga, me senté con las piernas abiertas en el sofá y ordené a mi marido agacharse para comer mi coño.
Comenzó a lamerme y a estimular mi clitoris con la lengua, y mientras tanto yo pensaba en Daniel y en lo bien que lo habíamos pasado esa tarde.
Poco antes de tener un orgasmo aparté la cara de mi marido y comencé a darle bofetadas. Le golpeé con una mano y con otra, con la palma y con el reverso de la mano, una bofetada tras otra con mucha fuerza.
Tras pegarle un par de minutos, escupir en su boca y tirar de su pelo, volví a agachar su cabeza agarrando de su pelo para incorporar su boca a mi coño nuevamente. Él siguió lamiendo y en muy poco tiempo volvía a tener un orgasmo increíble.
Esa tarde tuve tres orgasmos muy buenos y una experiencia inolvidable con Daniel. Hemos vuelto a quedar, pero la primera vez fue increíble, especialmente con el final que me brindó mi marido cuando llegué a casa.